Tener el vehículo quieto por mucho tiempo no es nada aconsejable para nuestro carro. Tampoco está mal conocer los elementos que más se ven afectar por esta situación para evitar que se dañen o imprevistos a futuro.
Los neumáticos
Lo idóneo es que lo dejes apoyado en unas borriquetas o “columnas” con el fin de que el peso no deforme los neumáticos. Si no es posible, lo mejor es que se inflen las ruedas con 1,5 bar más de presión que la recomendada, es importante consultar que medida les corresponde a tus llantas, dependiendo de sus dimensiones. De esta manera, la superficie en el suelo no queda tan plana apoyada en el suelo y no se deforma tanto, es recomendable cambiar el punto de apoyo sobre la superficie cada semana y revisar el aire de estas para mantenerlo en el ideal. De lo contrario, cuando salgas a rodar apreciarás vibraciones y ruidos en la dirección.
El aire acondicionado
El compresor (también se le debe hacer mantenimiento), el filtro y todas y cada una de las juntas de estanqueidad necesitan que pongamos en marcha el aire acondicionado. Por lo menos una vez al mes, preferiblemente cada 15 días a lo largo de unos minutos para estar en forma.
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El motor
Si bien podamos pensar que un motor no se desgasta si no lo ponemos en marcha, la realidad es que los propulsores necesitan funcionar con cierta periodicidad para no estropearse. Al no virar el motor, el aceite se escurre hacia el cárter, dejando las paredes de los cilindros y los segmentos de los pistones absolutamente secos. Esto produce óxido en el tubo y que los aros de los pistones se queden pegados. Todo esto «sobraría» si el motor se hubiera puesto en marcha por lo menos una vez por mes.
Circuito de refrigeración
En el motor de un coche hay un sistema para enfriar la mecánica. En los refrigerados por aire no hay problema. Pero en la enorme mayoría de propulsores, que son refrigerados por agua, los períodos de inactividad pueden provocar averías gravísimas. Si estás pensando en comprar un vehículo que se ha utilizado muy poco, nuestro consejo es que antes de seguir hagas un buen flushing, es decir, realizar un lavado y lubricación en todo el sistema del vehículo.
Fugas de aceite
En el momento en que un propulsor pasa mucho tiempo parado, las gomas se resecan y empiezan a agrietarse. Asimismo, se encogen un poco: ya tenemos inconvenientes de fugas. Si bien no lo parezca, las menos graves son las fugas hacia el exterior, porque esas las vemos y nos ponen alerta. El problema son las fugas internas, eminentemente, por los retenes de las guías de válvulas. Sí al poner en marcha el vehículo aceleramos y al soltar el pedal vemos un humo azulado en el escape, es un indicador de alarma.
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Inconvenientes de distribución
Si al encender el vehículo oímos un tic-tic-tac, en la parte alta del motor, debemos esperar unos 5 minutos con el fin de que se ceben y que el ruido desaparezca. Si transcurrido un tiempo prudencial el ruido persiste quiere decir que alguno de los taqués ha muerto por falta de uso.
La dirección asistida
Actualmente, la mayoría de los sistemas de asistencia a la dirección son eléctricos, pero, hasta el momento, eran hidráulicos. Lo mismo de siempre: si el aceite no circula con frecuencia por la cremallera de dirección y la bomba, los dos elementos se pueden deteriorar.
Sistema de frenos
El líquido de frenos hay que cambiarlo cada dos años, hagas cero o un millón de kilómetros. La razón es que este líquido está compuesto por un éter que es hidrófilo, por lo que absorbe el agua que hay en la atmósfera y poquito a poco se va hidratando. La presencia de agua en el circuito de frenos provoca 2 problemas: Reduce la temperatura a la que el líquido de frenos empieza a hervir. La ebullición de este líquido provoca burbujas que se comprimen y alargan el recorrido del pedal, llegando incluso a dejar de frenar.
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Caja de cambios y diferenciales
Largos períodos de inactividad hacen que se oxide la una parte de los piñones, sincronizadores, horquillas y que los retenes y juntas pierdan estanquidad.
